viernes, 13 de abril de 2007

Grand Theft Auto: Vice City



Volvemos al maravilloso mundo de los videojuegos, esta vez, para comentar la expléndida saga "Grand Theft Auto", de Rockstar North. El caso es que, por allá por el 99, salía el primero de la saga, un juego con gráficos de GameBoy, con vista cenital y con unos efectos no precisamente maravillosos, pero que poseía algo que lo hacía especial: su adicción y su originalidad.

Su fundamento era, básicamente, el de guiar por una ciudad real (New York) a un delincuente de poca monta, pistola de alquiler, cumpliendo misiones con las que contactabas por medio de las cabinas telefónicas. Era muy adictivo y mejorado después con la 2ª parte, ambientada en Londres.

El gran vuelco llegó con GTAIII, en el que Rockstar le dió el diseño 3D al juego, y con él la innovación. Si hay una palabra que defina a los GTA, esa es "libertad". Yo, me centraré en el "Vice City", porque fué al que mas jugué y el que más me conozco al dedillo.

Para empezar, decir que este juego tiene historia y guión. Si alguien ha visto la genial Scarface de Brian de Palma puede hacerse una idea (de hecho, una de las mansiones que adquieres durante el juego es idéntica a la de Pacino en la peli). Tú eres Tommy Vercetti, un mafioso ítalo-americano que acaba de pasar 15 años en la cárcel por tapar a la "familia" para la que trabajas en Liberty City (la New York del universo Rockstar). Así que al salir de la carcel, te envían a Vice City (la Miami del universo Rockstar) a encargarte un trabajillo, pero este no sale bien, pierdes el alijo y el dinero, y ahí comienza la historia.

Y es aquí cuando empezamos a maravillarnos con la ambientación: prácticamente te parece estar en el Miami de los años 80. El juego mueve una ciudad enorme en tiempo real, puedes ver los amaneceres, atardeceres, y cuando es de noche los neones de los clubs, las farolas iluminando la calle, etc... aunque si hablamos de ambientación, no podemos obviar el audio: desde el sonido del mar, los coches y los efectos en la calle, hasta la genial idea de las emisoras de radio locales. Y es que si, cuando te subes a un coche suena una emisora de radio (que puedes cambiar con la rueda del ratón), cada una con su estilo (latino, rock, disco, pop, etc...) y con canciones típicas de la época que, todo hay que decirlo, al ser los 80 la década de la gran explosión de creatividad musical, forman un conjunto increiblemente bueno. Así mismo, la tipología de los peatones, de coches y el "arreglado" de las carreteras variará según el tipo de barrio: no es lo mismo estar en Vice Beach que en los ghettos de Little Havana o Little Haiti, zonas en las que, además, veremos a sus pandilleros característicos, con sus típicas vestimentas según la banda a la que pertenezcan.

Otro apartado notable es la sensación de vida y libertad que da el juego, con hojas caídas por el suelo, coches y peatones llenando las calles, y por el lado de la libertad, porque puedes seguir las misiones... o no. Puedes deambular por las calles, buscar objetos ocultos, realizar misiones "top fun", comprar pisos, clubes, bares o negocios. Además, las misiones son de lo más variadas: carreras de coches, tiroteos, hacer de chófer, pilotar aviones, cuerpo a cuerpo, persecuciones, etc...

En definitiva, uno de los juegos que más me han gustado y que más completos me parecen, sin ninguna duda, y a los que más me enganché cuando me lo dejaron (por allá por el verano del 2003). Así que si os gustan los videojuegos y aún no lo habeis probado, ya sabeis.

¡Un saludo!